Históricamente las marmolerías se han asociado al género masculino, si bien son muchas las mujeres que, desde hace años, forman parte de los talleres marmolistas realizando distintas funciones que contribuyen al desarrollo y mantenimiento de la actividad empresarial en el sector.
Varias mujeres vinculadas a asociaciones integradas en FEDESMAR comentan cómo accedieron a la profesión, explican sus responsabilidades, las relaciones con los clientes, con los compañeros y opinan sobre el futuro de las marmolerías.
Rocío Marrodán Pascual (Marmolería Vascongada S.L País Vasco) comenta cómo llegó a esta profesión “comencé por casualidad cuando tenía 28 años, empecé en la oficina”. “Actualmente soy socia de la marmolería y mi función es gestionar todo lo relacionado con los temas de oficina y atención al cliente ”. Entiende que no es ningún problema ser mujer “no ha sido ventaja ni desventaja… pero ¡tienes que tener carácter!, ni tampoco con los clientes “creo que tampoco tienen ningún problema por que sea una mujer quien esté al frente o por lo menos en mi caso yo no lo he notado” y cree que “si el sector sigue… habrá continuidad sin problema”.
Pilar Jiménez Álvarez (Mármoles Ángel, Extremadura). Pertenece a la segunda generación de marmolistas y gestiona junto con su hijo su marmolería. “Mi relación con el sector es buena…..la verdad es que soy bastante extrovertida y eso ayuda”. Asociada a AEXMAR, asegura que ”para mí la asociación es importante por la información que tenemos de la sílice, medidas a tomar, etc. En relación con los clientes, el hecho de ser mujer no es ningún inconveniente “ los habituales ya están acostumbrados y los clientes nuevos …. no veo que le suponga ningún problema”. Sobre el futuro del sector opina que: “la continuidad de las mujeres en este sector siempre va a ir de la mano de un hombre ya sea padre, marido, hermano. Ninguna que conozco trabaja en la piedra. Más bien, de cara al público y en temas financieros”.
Maika Pujales Cruz (Piedralisa Marmolería Galicia) Explica cómo se inició: “Empecé a trabajar en el sector hace 14 años. Posteriormente, en el 2015, inicié junto a mi socio mi actividad al frente de la empresa actual que ambos dirigimos”. Entre sus funciones figuran “la dirección estratégica de la empresa, las funciones de comercial, atendiendo a los clientes, y de gestión administrativa”. Las relaciones con sus compañeros son buenas “no hay ningún tipo de diferencia por el hecho de ser mujer”. “Creo además que hay una mentalidad muy abierta a la entrada del género femenino”. Y sobre los clientes: “algunos se sorprenden y otros lo toman con naturalidad”. En relación con el asociacionismo afirma: “Espero que ASOEMAR, la asociación a la que pertenezco siga creciendo. Es muy importante dinamizar con propuestas a los empresarios”. Sobre el futuro de las marmolerías asegura que: “La incorporación de mujeres en este sector, si es en el ámbito de la gestión, se seguirá produciendo, sobre todo si se trata de dar continuidad a la generación anterior. Por otra parte, la entrada en el oficio será posible en la medida en que exista una formación que sirva de punto de partida. El trabajo de marmolista es un trabajo duro que requiere también muchas veces el uso de la fuerza física. Y por otra parte hay que pensar que la tendencia es a la mecanización de ciertas tareas, lo cual puede facilitar esa incorporación”.
Aurora Bonilla de la Víbora SYC Piedra Natural S.L. (Madrid) detalla sus inicios: “Comencé a los 17 años cuando mi padre montó su primer taller de piedra (lo compaginaba con mis estudios)”. “Empecé en la oficina y cuando cumplí los 18 y tenia carnet de conducir también llevaba la furgoneta, ayudaba en el taller a cargar”. Actualmente: “soy apoderada y llevo el departamento financiero, recursos humanos, prevención, etc.”. Entiende que ha existido una evolución y la relación con sus compañeros, siendo mujer, es buena “el sector ha cambiado y la generación que está viniendo tiene otra mentalidad y no he tenido ningún impedimento, también es verdad que nunca he estado sola, siempre he contado con el apoyo de mis trabajadores (los cuales están encantados de tener una jefa)”. Sobre la relación con los clientes “te encuentras a los que no les importa, pero hay otros que ni siquiera se dirigen a ti y preguntan siempre por mis compañeros”. Referente a la continuidad femenina es este sector señala: “sí, creo que estamos teniendo visión en todos los sectores y dentro de la construcción cada vez hay mas mujeres, yo trabajo con muchas arquitectas y es muy fácil trabajar con ellas”.
Beatriz Paz (Granitos de la Vera S.L. Extremadura) “Entré a trabajar con mis padres por una serie de circunstancias y al final he terminado cogiendo las riendas al jubilarse ellos, comencé en la oficina llevando los papeles. Ahora mismo soy multitarea: dirección, administración, atención al cliente, laboral y en el taller cuando se tercia”. Explica cómo es la relación con sus compañeros: “no he encontrado ningún tipo de traba. Ahora bien, yo soy de las jóvenes, las luchadoras que han conseguido esto, han sido nuestras predecesoras”. Sobre la ventajas o inconvenientes de ser mujer en este sector entiende que: “seguimos siendo mujeres en un mundo de hombres. Tampoco ha sido un impedimento propiamente dicho, es más bien un esfuerzo adicional para demostrar tu valía en momentos puntuales. El camino, por lo menos en mi caso, estaba ya muy llano”. En relación con el asociacionismo: “la unión hace la fuerza, siempre. Formar parte de una comunidad, escuchar y ser escuchado. Dejar de ser competencia para ser compañeros”. Sobre la reacción de los clientes al ver una mujer al frente de una marmolería: “En la calle aún hay personas que al verte descargar o tomando medidas y tirando niveles les resulta chocante”. Y en relación con la continuidad femenina en este sector afirma: “realmente me preocupa más la continuidad del sector en sí mismo, con tanto intrusismo; la tarea no está siendo fácil, independientemente del género que tenga el marmolista”.
Mª Luisa López Lemos ( Marmolería J.L. Gasamáns, S.L. La Coruña)
Comenzó en la oficina cuando tenía 14 años: “después de clase, como sabía escribir a máquina, le echaba una mano a mi padre con las facturas, etc. Pertenezco a la segunda generación de marmolistas en la familia”. “Llevo la gestión de la empresa: recibo y atiendo a los clientes, proveedores, presupuestos, organizo tareas en el taller, etc”.
La relación con sus compañeros siempre ha sido muy buena: “En ningún momento me he sentido menospreciada ni subestimada por ser mujer”. Sobre asociacionismo:
“Aportar ideas entre todos para mejorar nuestra situación (la unión hace la fuerza), conseguir ayudas….”
“La reacción, en general, de los clientes es buena. Recuerdo que al principio muchos no querían que yo los atendiese, pero no creo que fuese por ser mujer sino porque tenía menos experiencia. A la hora de escoger un material u otro valoran más la opinión de una mujer que la de un hombre. Yo preguntaría más bien, ¿cuál es la reacción de los proveedores?, muchos de ellos, lo primero que preguntan es ¿para hablar con “el” gerente….? ; Pero…..¿es usted la gerente?”.
“A no ser que se trate de una continuidad familiar, los motivos por los que considero que no habrá continuidad son los siguientes:
1) El problema de la silicosis.
2) La media de edad de los profesionales del sector ronda los 50 años, no se ve gente joven interesada en este sector. Debería haber talleres de aprendizaje para marmolistas (es uno de los objetivos que nos gustaría conseguir en la asociación de marmolistas) porque considero que se trata de un sector necesario para la industria.
3) A nivel de maquinaria, la mayoría de los talleres están poco actualizados.
4) Se trata de un sector poco valorado en el que los márgenes en la actualidad son muy pequeños”.